TEÓFILA Y TWITTER (Publicado en Diario de Cádiz)

Más allá de los tópicos, es cierto que en mi tierra hay cierta gracia,  arte, salero,  simpatía, chispa, alegría, frescura y calidez. En Cádiz hay sonrisa. Todo eso se ha cargado hace unos días la santanderina alcaldesa gaditana dejando a nuestra ciudad  a la altura del betún. Nuestra mayor representante, nuestra estandarte municipal. Nuestra valedora ante Sevilla, ante Madrid y ante quién haga falta. Nuestra servidora. Nuestra Señora de Teo se metió en un buen jaleo. Los gaditanos sufren a diario el desempleo más salvaje de Europa y por esto somos conocidos fuera, aparte de por las cualidades que he mencionado más arriba. Por ser alegres los gaditanos, el drama de vivir en esta tierra tan hermosa como venenosa  se puede sobrellevar. Menos mal. Y también por eso que nos admiran quienes asisten perplejos al buen tono de la sociedad gaditana, en la que una de cada dos personas no tiene trabajo. Una especie de admiración que roza la condescendencia ante la aparente indiferecia con la que los gaditanos viven esta dramática situación. Sin futuro pero sin nunca perder la gracia, el arte, el salero, la simpatía, la chispa, la alegría, la frescura, la calidez, la simpatía. Al menos eso que nos lo quiten. Supongo que fue lo que inspiró al Ayuntamiento de Cádiz el bonito esologan: “Cádiz, la ciudad que sonríe”.


Sonríe o sonroja. Enoja. Acongoja. Lo más horrible del momento en el que Teófila Martínez se puso y puso a Cádiz al la altura del betún no fue el hecho de que ignorase la gratuidad de twitter o el hecho de que hoy en día puedes conectarte gratis a internet en casi cualquier cafetería un poco bien puesta. Al fin y al cabo, España está llena de políticos ignorantes. Sobre todo ignorantes de su pueblo. Lo más horrible es que comienza la intervención diciendo "¡tanto twitter y tanta opinión!" (qué doloroso ver a un servidor popular despreciando que su representados opinen, por twitter o por donde les dé la gana). Tras la fascistoide exclamación (cara desencajada), nuestra alcaldesa muestra sin vergüenza la indignación que le produce a que el pueblo hambriento y maltrecho acuda a su casa que es el Ayuntamiento de Cádiz, la casa de los gaditanos, a pedir ayudas sociales. Y vaya cara que ponía mientras lo decía: ni gracia, ni arte, ni salero, ni simpatía, ni chispa, ni alegría, ni frescura, ni calidez. Ni rastro de una sonrisa en la que tendría que ser la más risueña de las gaditanas. Teófila, ¿cómo has podido ser tan agria si representas al pueblo al que sólo le queda sonreir para aguantar la más agria de las existencias? HAs faltado al respeto de los gaditanos, por despreciarlos. Por no sonreir. Los ojos enrabiados, la mirada ida, descontrolada, sin saber adónde mirar. Eso es lo que pasa cuando vives en un mundo paralelo de desconexión y desprecio. Que cuando alguna cuestión te pone los pies en la tierra, caes desnortada y torpemente. Muy torpemente. 

NO haced click AQUÍ, si no queréis que Teófila Martínez os amargue el día. Avisados estáis.

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gracias por leerme.
Javier  




Comentarios

  1. Madre mía, ignorar la opinión de los ciudadanos a los que representas considero que es una crueldad. ¿A qué pretende dedicarse entonces esta señora si no es a escuchar a sus ciudadanos?

    ¿Cuánto lleva "en el poder"?

    Javi, como siempre, descripción tan a tu estilo, tan "real como la vida misma", sin tapujos, con respeto, pero necesaria. ¿Por qué callar? Adelante! :)

    Salutacions

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