BLA, BLA, BLA (Publicado en Diario de Cádiz sep.2011)



OTRA vez, qué pesadilla. Radio, tele, prensa, charloteo de bar… La guerra de las lenguas: catalán y castellano. Bla, bla, bla. Bla, bla, bla. Lo pongo en bilingüe. 

Fuera tonterías. ¿Que el castellano está en peligro? ¡Es un idioma mucho más fuerte que el catalán! Como detalle, la mayoría de las frases hechas y giros chisposos del se hacen castellano hasta hablando catalán. ¿Será que el catalán no resulta tan gracioso a sus hablantes? Hablantes que, por cierto están entre los que mejor hablan, leen y escriben el castellano de toda España. Uy, uy, uy, qué peligro. Eso sí, todo con mucho cartelito con todo primero en catalán, que se vea. Qué amenaza para el castellano. Mucho más amenazante que como lo habla cada día la chusma de Tele5. Pero esta visibilidad del catalán enerva y corrobora las tesis de los que lo creen más fuerte que el castellano. Ja-ja-ja. ¿No se dan cuenta que sin leyes y pasta detrás, el catalán solo se hablaría en casa? Y no es plan: es el idioma de esta tierra. Hay que protegerlo. Sí. ¿Cómo? Imponiéndolo. 

Que sí, que no pasa nada. Y a quién no le parezca bien pues chico, a mí tampoco me parece bien el carné por puntos. En ciertos ámbitos, se impone la imposición. Aquella historia tan melodramática que contaba Rajoy del señor que tuvo que pagar una multa por rotular solo en castellano es, sencillamente, cierta. Yo mismo curré en una multinacional a la que multaron por lo mismo. Y ya está, sin rubor, sin más. Pesadilla es la que montan los políticos con este tema cada vez que se acercan elecciones. Nos moriremos y seguirá el mismo rollo. ¿No se han parado a pensar que a los dos partidos supuestamente "rivales" en esta "batalla de la lengua" les beneficia todo este jaleo? Qué perverso. El PP defiende el "amenazado" castellano y se hincha de votos fuera de Cataluña. CiU presenta el catalán y a Cataluña como víctimas de la derecha española, discurso que funciona de maravilla. Más votos para Mas. Alicia Sánchez Camacho se frota las manos. 

Aquí la gente habla como le apetece y si no se buscan los problemas, con la lengua… Se puede hacer más que hablar castellano y catalán. Quizá a los políticos les iría bien darse unos buenos morreos.



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gracias por leerme.
Javier

Comentarios

  1. Querido amigo,

    En esta ocasión, no puedo estar de acuerdo contigo en algunos aspectos, como la obligación a rotular sólo en catalán. Esto no es malo, pues como dice el saber popular, donde todo el mundo piensa igual...es que nadie piensa demasiado :)

    No estoy de acuerdo, no por argumentos españolistas o de defensa del castellano, sino por argumentos que atañen exclusivamente a la libertad, de la cual soy un firme defensor.

    Si tomamos el clásico criterio de Berlin, la medida no se justifica en tanto que atenta la libertad negativa de los sujetos (restringen mi acción libre), ni porque con ella se preserva su libertad positiva (no tengo la capacidad de expresarme como quiero). Intentaré explicar mi razonamiento.

    Pensemos en el contrato social. Estamos de acuerdo con Locke cuando dice que el sujeto entrega al Estado parte de su libertad, sólo a cambio de que éste garantice una serie de beneficios para el propio individuo y para el procomún. El contrato social desde Locke a Hobbes o a Rousseau ha evolucionado mucho, pero en síntesis es la base de los modernos Estados de Derecho de las democracias liberales modernas y es parte cordial del modelo del Estado de Bienestar

    Pues bien. Contrato social en mano, se dice que el ordenamiento jurídico de tales Estados establece leyes que limitan las libertades negativas de los sujetos si y sólo si con ellas se preservan las libertades positivas del sujeto o de la comunidad.

    Un ejemplo. Cuando el Estado me prohíbe fumar en un establecimiento de restauración, está, en efecto, coartando mi libertad de poder fumar ("mi libertad negativa"). En aras de lo establecido en el contrato individuo-Estado, lo único que lo puede justificar esa acción coercitiva, es que tenga como fin preservar otro tipo de libertad, en esta caso la denominada "positiva", que es la salud.

    Así, el Estado me prohíbe fumar en ambientes cerrados para preservar no sólo mi salud (asunto que podría ser, ciertamente, discutible) sino a de otros ciudadanos cuya salud puede verse perjudicada por mi acción libre (ejemplo, un camarero no fumador, asunto ya mucho menos discutible).

    Es pues en este sentido cuando se puede justificar la acción coercitiva del Estado: se me restringe mi libertad (Libertad negativa) para preservar la salud, la mía y la de los otros ciudadanos (libertad positiva).

    >>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>(1/2)

    @DeSilentius

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  2. >>>>>>>>>>>>>>(..........sigue)

    Aplicando este razonamiento al tema de la rotulación en un solo idioma, vemos que es dificilmente justificable. La analogía del carné por puntos que expones, no es a mi juicio la más acertada: en este caso, efectivamente, el Estado limita mi libertad de conducir a la velocidad que me da la gana, incluso ebrio, para preservar la salud de la población.

    Este hecho se demuestra en el siguiente documento, donde se comprueba que desde la aplicación del carné por puntos la siniestralidad ha descendido un 55% en España. Huelga mencionar el ahorro millonario en bajas, discapacidad y atención sanitaria que esto supone, por no mencionar el otro mucho más importante y de valor incalculable en sufrimiento personal y familiar.

    http://www.dgt.es/was6/portal/contenidos/documentos/prensa_campanas/notas_prensa/NotasDePrensa0122.pdf

    Es pues, una razón de verdadera necesidad en salud pública: el Estado coarta mi libertad de conducir como un majadero aplicando lo estipulado en el contrato social. Por ello se dice que son estos los tipos de medidas en los que el individuo puede permitir la injerencia del Estado en su libertad, porque en el fondo, están ampliando su propia libertad (en un sentido "positivo").

    ¿Se puede aplicar esto a la rotulación solo en catalán? Desde un punto de vista de salud pública no, desde luego, salvo que la imposición del idioma sea considerado una razón de peso equivalente. No tengo ningún dato científico ni empírico que lo demuestre, así que la Navaja de Ockham me anima a pensar que si se ha hecho es fundamentalmente por motivos ideológicos.

    No me parece un error sólo porque se penalice escribir sólo en castellano y no en catalán, sino sencillamente porque se penalice escribir mi rótulo en el idioma que se me antoje. Si yo monto una papelería en Igualada y la rotulo sólo en francés, por ejemplo, no creo que esté cometiendo ningún atentado contra la salud pública; no creo que haya una libertad de ningún conciudadano contra la que esté atentando y en cualquier caso, si a alguien le molestase, lo tiene muy sencillo: puede contribuir a la quiebra de mi negocio negándose a entrar y comprar en él.
    Es el mercado y no el Estado, quien debe regular este tipo de acciones libres de los sujetos que no atentan contra las libertades de la comunidad.

    Creo que la defensa y promoción del catalán se puede hacer de otras maneras, como de hecho se hace también.
    Lo siento, pero por los argumentos antes expuestos (por supuestos, ajenos a todo tipo de Españolismo) considero que esa política es claramente errónea y por supuesto liberticida.

    Un abrazo querido amigo.

    @DeSilentius

    (2/2)

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  3. Johannes, como siempre lo primero agradecerte el interés y el tiempo que me dedicas. Tu consideración me emociona y me honra ya que es evidente que tu formación es altamente superior a la mío y tus conocimientos también. Y si consigo despertar el interés en alguien con tu cultura, no deja de ser una privilegio.

    Gracias.

    Que conste que he leído todo detenidamente y lo suscribo al ciento por ciento, como razonamiento meramente técnico-jurídico es impecable. Pero, es la ideología de lo que se trata, y la realidad es que en catalunya legislan partidos que tienen esa ideología con respecto a la lengua y se convalidan así sus leyes. Yo no digo que esté de acuerdo ni en desacuerdo, si te fijas bien y si me permites insistir lo que yo pido en mi artículo es que se llame a las cosas por su nombre y se haga pedagogía de las mismas y no que el idioma se use como arma política arrojadiza... por ambas partes.

    ese es el "quid" (¿se dice así?) de la cuestión.

    Un abrazo a ti también :-)

    Javier

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  4. Querido Javier,

    Gracias a ti por la respuesta. Es, efectivamente, una política ideológica desacertada, que a mi juicio no está a la altura de la mejor promoción y defensa que el catalán merece. No obstante, huelga decir que nada de esto es óbice para deslegitimar ese bellísimo idioma o incluso otras políticas lingüísticas actualmente vigentes, como pretenden algunos, también muy desacertadamente: como tú bien dices, las cosas por su nombre.

    Y me quedo con tu última frase: lo mejor de las lenguas, es darse con ellas unos buenos besos.
    Porque como dice un viejo bardo de aquí del noroeste, el beso es un sitio mágico, pues es el lugar más pequeño, en el que sin embargo se hacen posible las cosas más grandes.

    ;)

    @DeSilentius

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