POP CATALÀ (historia de música catalana para un gaditano)
1.CATALAN PANICC
2. ORGULLO ESPAÑOL DESDE CATALUÑA
3.CATALANIZANDO EN MADRID
4. POP CATALÀ IN SITU
5. MI RADIO VINTAGE Y QUART PRIMERA
CATALAN PANICC
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"Pel·lícules", de Qu4rt Pr1mera |
Debía de ser a finales de los
ochenta. Quizá principios de los noventa. Yo veía todos aquellos programas que
consistían básicamente en una sucesión de vídeo-clips según el orden
decreciente de una lista que el propio programa confeccionaba. Mientras los
miraba, sujetaba indefectiblemente en la mano el mando del vídeo (no clip, sino
VHS en este caso) siempre dispuesto para grabar aquellas canciones que me
interesaban para poder verlas después a la carta: una especie de You Tube rudimentario
que todos los que están ahora cerca de los cuarenta seguro recuerdan muy bien.
Nunca entendí por qué era necesario presionar el “play” a la vez que el “record”,
qué contratiempo, mecachis. Más aún mirado desde la órbita actual, tan cerca
debemos de estar ya del día que para grabar algo sólo haya que decir la palabra
“Google” en voz alta. O quizá la palabra “Obama”.
“Rockopop”, “A tope”, “Top Sur”,
“Tocata” son los nombres que me regresan así a bote pronto. Y también, “Mikimoto
Clip”, que era el más raro y el más moderno y el más... catalán. Yo, que ya de
pequeño (o sea, de más pequeño que en 1990) me quedaba embobado con aquellas
paranoias de “El Planeta Imaginario”, parecía tener ciertas inclinaciones
catalanófilas desde que era un tierno infante gaditano. A unos 1.000km de
Cataluña y, como la inmensa mayoría de los gaditanos, sin ningún familiar en
esta tierra que en aquella época era referente de cultura y modernidad. No quiero mirar precisamente en You Tube cómo
eran aquellos programas, quiero plasmarlos en este artículo tal cual los
recuerdo porque próximamente voy a asistir a mi primer concierto de POP CATALÀ
y estoy mirando atrás, pensando cuál ha sido hasta ahora mi contacto con la
música pop de este país y en general con su producción cultural para el resto
de España, o al menos la que a mí me podía llegar a Cádiz. Estoy buscando parcelas
no identificadas de cultura catalana
(PANICC’S) en mis recuerdos
de niño y adolescente español. PANICC’S, sí, que aquí en Cataluña molan
mogollón los acrónimos: MACBA, MNAC, DUHB, CCCCCCCCCCCCCCB. Ayer tuve que
rellenar 35 formularios para el Ayuntamiento de Barcelona y cada vez que había
que escribir el nombre de la ciudad, ponía BCN y me quedaba tan pancho. BCN es
el acrónimo por antonomasia de Cataluña. BCN arrasa. BCN es todo un PANICC
global insertado en las mentes de todo los potenciales viajeros, pandas de
borrachos, congresistas, especuladores
inmobiliarios, putas y chaperos del Planeta Tierra.
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El Planeta Imaginario |
De “El Planeta Imaginario”, como
PANICC, recuerdo siempre un fondo negro, como si fuese una sábana o una
cortina, no sé... Yo recuerdo un fondo negro arrugado y una pasa o un cagarro
de oveja no era. Delante de este fondo negro siempre criaturas extrañas,
normalmente relacionadas con el mar. Eso recuerdo, insisto. Si la misión de
esta PANICC era hacer que los niños gaditanos visualizásemos los criaderos de
cerdos de Osona de los que luego saldría el bacon
de las Pizzas de Casa Tarradellas que consumiríamos de más mayores, tengo que
decir francamente que no lo conseguían. Don’t
PANICC. Olas, espuma, barcos, peces, pescados, hipocampos y no hipódromos
es lo que recuerdo yo del planeta imaginario. Todos desfilaban ante la cortina
negra arrugada supongo que intentando componer algún tipo de trama argumental
que normalmente yo no acertaba a comprender. Pero me fascinaba igualmente. La
banda sonora... Mmm..... Si se puede
llamar banda sonora a lo que yo recuerdo, supongo que los ruiditos y soplidos
de fondo a cargo de voces humanas debieron de ser mi genuino primer contacto
con el POP CATALÀ. Como una virgen,
tocada por la muy primera vez, yo me extasiaba ante aquellas escenas
misteriosas a la vez que mi madre podía entrar un momento en el salón para
buscar algo y soltar algún comentario del palo “hay que ver que programa pa niños más raro, hijo, de verdad”,
cómplice y feliz de verme allí tirado tan gozoso. Aunque si yo no entendía un
carajo del programa menos debía de entender ella, supongo que una madre es
siempre capaz de comprender el disfrute y la felicidad de un hijo con sólo
mirarlo.
ORGULLO ESPAÑOL DESDE CATALUÑA
Julio de 1992, Worthing, condado
de Sussex, UK. Aquel verano compré el primer CD de mi vida, los Greatest Hits
de Euryhtmics en una tienda del centro de esta anodina localidad costera de la Gran Bretaña. Estaba allí en el
típico mes en Inglaterra para aprender inglés en el que no aprendías ni papa porque todo el tiempo lo pasabas
con niños de toda España que iban a hacer lo propio. Catalanes, la verdad, no recuerdo
ni uno, pero sí que Cataluña estaba presente ese verano en forma de PANICC
imborrable: Mientras veía con mi madre de pega inglesa la ceremonia de
inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona en el salón con moqueta de la
casa semiadosada yo pensaba que todo aquel tinglado se parecía mucho a las
marionetas marineras de “El Planeta Imaginario”. Me felicitaban por la
ceremonia mi familia de coña inglesa y mi hermano de más coña todavía (Peter,
de Suiza y rubio con los ojos azules y sin el más mínimo atisbo de vello
corporal. Clavaditos, vamos). Cataluña me enviaba desde Barcelona orgullo de
ser español por primera vez en mi vida. Nunca antes había sido felicitado por
algo que hacía mi país, nunca antes un humilde español de Cádiz que asumía que
al norte de los Pirineos todo era mejor-y-punto
sintió ese cosquilleo de poder hacer a los europeos admirar su país. Mientras
la llama olímpica se encendía, yo abrazaba mi país entero, Cataluña incluida.
Eran otros tiempos, otros PANICC. Irónicamente, visto desde 2013, yo le debo a
Cataluña la primera vez que sentí orgullo de haber sido español en el
extranjero. Y Barcelona le debe a aquella llama el que la encendiera para
siempre e hiciese de ella la ciudad más abierta de patas y caliente del nuevo
mundo global que en 1992 apenas podíamos imaginar.
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¡Siempre a punto para grabar! |
De vuelta a casa, en 1993, los
clips que solían provocar que yo me aplicase a pulsar el triangulito blanco y
el circulito rojo a la vez mientras sentía la emoción de saber que capturaba
para siempre ese vídeo eran en inglés y de grupos mayoritariamente europeos.
Muy en la línea de la España
que queríamos en aquella época: moderna e integrada en Europa. Colorista y
divertida pero con fondo y calidad. Pet Shop Boys sobre todas la cosas, UB40,
Eurythmics, Roxette, la pléyade de hijos de los Stock, Atiken and Waterman y,
sí, alguien proveniente de la otra orilla del charco. La gran zorra que ha
debido de ser la mejor maestra de Barcelona para enseñarla a reinventarse,
operarse hasta la saciedad y venderse como una buena niñata de instituto pese a
tener 2.000 años. Sí, la Reina
del POP, bla, bla, bla... Ya saben. ¿Quién sería la Reina del POP CATALÀ? ¿Nina?
¿La Beth ? ¿La
propia ciudad de Barcelona? Ante estas preferencias musicales, es comprensible mi
reacción cuando vi un vídeo de un grupo catalán un día cualquiera en algún
momento entre finales de los ochenta y principios de los noventa, en alguno de
esos programas que básicamente consistían en una sucesión de vídeo-clips
ordenados en sentido decreciente según el lugar que ocupaban en la lista que el
propio programa elaboraba. Se trataba de Sopa de Cabra y recuerdo que siempre
decían “el grupo catalán Sopa de
Cabra”, así como para dar morbillo.
Veo un vídeo clip en sepia, un coche antiguo... campos, paisajes abiertos y el
grupo subido al vehiculo, campo a través. Quizá vestidos de negro, con fracs...
Con sombreros de copa incluso. No recuerdo la canción, pero no debía de
parecerse mucho a lo que yo gustaba de introducir en mi walkman en forma de cassette porque le prestaba tan poca
atención que hasta puedo evocar que en alguna ocasión pensé “¿pero estos cantan
en español o en catalán?” y ni molestarme en descifrarlo. Quién me iba a decir
que cinco años después yo estaría estudiando catalán en la Plaza de España de Madrid.
Ironías de la vida. Como aquel programa de “el
Convidat” en el que chocó tanto que Gerard Quintana hablase en español, en
su casa de Ibiza, con su familia.
CATALANIZANDO MADRID
Durante los ochenta y los
noventa, algunos de los programas más culturetas
e intelectualoides (“Los Sabios”,
“Juego de niños”) estaban producidos en los estudios de TVE en Sant Cugat del
Vallès. Como además era POPular entonces la figura de Xavier Cugat - que andaba
presentando a Nina en el “un, dos, tres” –
puedo decir y digo que CUGAT sea seguramente una de las primeras palabras que
aprendí en catalán y también una de las pocas que, aún hoy, tras diez años de
vida catalana, soy incapaz de traducir. Por lo fea que es en castellano, no
porque no sepa hacerlo. A finales de los noventa, los catalanes invadieron los
teatros de Madrid y hasta se comentaba con desenfado en las calles de la Villa. Como casi todas
eran obras de corte cómico y por supuesto en castellano, el teatro catalán se
hizo POPular en Madrid. Era la época de “Cegada de Amor” de La Cubana y también de la más
intelectual “Arte”. A mí el teatro me cuesta, no me gusta mucho y lo encuentro
caro así que para catalanizar mi vida al unísono que Madrid catalanizaba su
Gran Vía, decidí que era el momento de introducir la primera PANICC de manera
voluntaria en mi materia gris. Y lo haría a lo grande, me marcaría para
siempre: decidí aprender catalán. En Madrid. Yes, don’t PANICC.
Narcís, mi profe de catalán, no nos instruyó demasiado en cultura POP
catalana. De hecho, creo que lo más POP que hubo en aquellas clases del curso
1998-99 fue la versión en catalán de “Desconocida” de Marta Sánchez que a mí se
me ocurrió llevar un día a clase para hacer reír. Recuerdo perfectamente la
letra del estribillo y lo feo que me parece el participio de “conèixer” en catalán:
Oh, no jo no sóc com tu et penses /
Jo sóc per tu la desconeguda /
Són enganyoses /
Les aparences /
Jo sóc per tu la desconegudaaaaaa
“Desconeguda” es una palabra que me hace pensar en un cogollo de
Tudela, es la imagen que se me viene a la mente cuando la oigo. Porque,
evidentemente, por muy bien que llegue algún día a hablar catalán nunca será
del todo natural en mí y siempre habrá palabras que me suenen extrañas o
curiosas por ser fonéticamente chocantes para el oído de un castellanoparlante.
“Desconegut / desconeguda” es, sin
duda una de ellas. También me hace pensar en una berenjena gigante. Entre cogollos, estribillos POP y berenjenas pasábamos
buenos ratos en clase mientras se iba forjando una bonita amistad en clase con
Narcís, Paloma y Antonia. Los cuatro íbamos siempre después de clases a hacer
lo más madrileño que se puede hacer después de cualquier actividad que requiera
esfuerzo intelectual: nos íbamos de cañas. Y de tapa, berenjenas de Almagro.

POP CATALÀ IN SITU
Narcís nunca mencionó a Núria
Feliu y estoy seguro de que su éxito “Carrer de Sants” nos habría encantado en
clase tanto o más como la versión en catalán de Marta Sánchez que engendré.
Tuve que esperar a 2003, al llegar a Barcelona por fin a vivir, para saber de
esta auténtica diva POPular catalana. Como le dijo Albert Om, de nuevo en “el Convidat”, Núria Feliu es
seguramente lo más parecido que tenemos en Cataluña a una folklórica. “En el
mejor sentido”, tuvo que añadir raudo, consciente de la mala imagen que el
término folklórica tiene en el Ideario
de Valores Arbitrarios e Identitariamente Validados como Aceptablemente
Catalanes ( IVAIVACat ).

- un rollo reivindicativo muy
espeso y en el que la música podía realmente estar en un segundo plano, siempre
que la letra incluyese palabras como “terra”,
“llibertat” o “país” y saliese
una estelada de fondo en el vídeo-clip. Idealmente, el grupo debía de estar
conformado por greñudos feos y poco aseados con aspecto de pueblo del interior
y con un acento bien cerrado y gerundense en las entrevistas. También es guay que haya algún valenciano en estos
grupos.
- otro rollo pretencioso y
forzadamente culto, elevado y elitista, con letras oníricas y arreglos
empalagosos en los que había que incluir siempre algún instrumento africano o
un tipo de bandurria que se utilizaba en la Occitania medieval que
el cantante había descubierto en un viaje por el sur de Francia visitando un
museo etnológico de la mano de algún gabacho que investigaba las raíces comunes
del lemosín y el catalán.
La tercera vía es la más difícil
y la que menos adeptos consigue (ejem, ejem) y es que, pese a sus buenas
intenciones, está francamente mal resuelta: En Cataluña falta un POP pegadizo,
alegre, desenfadado auténtico y de calidad. Al menos falta cantado en catalán.
Porque es obvio que grupos como Dorian, Love of Lesbian, Estopa, Mendetz o
Delorian, dejan la escena musical catalana bien alta, dentro de su diversidad
de estilos y de idiomas. Cantan en castellano o inglés. Beth también ha sacado
álbumes de hermoso y envolvente POP en castellano e inglés (tengo pendiente
escuchar el nuevo, creo que es en catalán) y Pastora me parecen ser los únicos que
hacen letras en catalán coloristas y urbanas como las del álbum “Una altra
galàxia”. Hay injertos extraños como un grupo que se llama “La porta dels
Somnis” y que me parecen una imitación de “La Oreja de Van Gogh”.
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El turista busca l’equipatge /
Una foto sense cap imatge /
No sé com s’hi va /
Espero que els teus ulls somriguin /
Ets el meu millor deliri
(Blaumut, “el turista”)
MI RADIO VINTAGE Y QUART PRIMERA
Hace un año me compré una radio
en un bazar de la calle Boquería. Una radio de los años setenta debe de ser,
una joyita vintage, que decimos
ahora. La radio es plástico negro macizorro, modelo Lavis 779, Made in Spain,
cuando China era aún un cerrado país comunista y el euro nos quedaba a los
españoles tan lejos como la China. Es
buena, pesa y pese a no ser ni estéreo tiene un altavoz que suena de maravilla
con unos bajos que ya quisieran las torres ultra high-tech esas a las que les
enchufas el iPad, el iPhone o el i-Lo-que-sea por encima. Mi radio vintage
suena de puta madre y tiene un mando en forma de rueda plateada para buscar las
emisoras y unos botones que fan un clack
seco para cambiar de AM a FM. Una radio normal de hace cuarenta años, vamos. Tiene
mucho rollo, pero mucho. La antena es muy brillante, de acero cromado gorda y
extensible desde abajo. Cuanto más tiras de ella, secciones cada vez más finas
se despliegan.
Suelo escuchar un rato RAC105
cada noche antes de dormir, en la intimidad de mi cuarto. El programa Rac de Nit acostumbra a poner canciones
muy envolventes, éxitos reconocibles desde los ochenta hasta ahora que hacen
sentir bien a un treintañero antes de terminar el día. A veces, no se sabe muy
bien por qué con estas radios, hay que mover la antena para que sintonicen bien
las emisoras y cuando ya la tenías convenientemente apuntando a la ventana,
tienes una noche que irte a dormir con la antena toda desplegada y apuntando
peligrosamente a tu ojo derecho, la cabeza reposando sobre la almohada. Tras
una de estas delicadas operaciones de resintonización, unas potentes baterías y
una línea de bajo contundente acompañan a una melodía de piano sencilla y
pegadiza. No pensé que fuese un tema en catalán, normalmente tienen comienzos
más sosos de guitarra acústica. La voz del cantante, era muy sobria, cálida y
masculina conseguía que el catalán sonase hermoso y envolvente. Muy cercano.
Tengo que reconocer que no me parece uno de los idiomas más musicales de entre
los que conozco. Sorprendido ya por esta entrada, mi atención auditiva se
centró aún más en este tema misterioso cuando, tras las dos primeras estrofas
una especie de subidón instrumental,
épico y transportador, me llevaba volando hacia un estribillo en falsete.
“Madre mía, un catalán cantando en falsete, con lo poco serio que parece eso y
lo en serio que se suelen tomar ellos todo lo que toca su cultura”. Me encantó
la combinación de esa voz aguda al límite con todos los instrumentos al unísono
en un crescendo muy POP, muy bailable. Y aún no habíamos llegado a la mitad de
la canción. No daba crédito. La batería está trabajada con una fuerza y una
simplicidad muy directas, los pasajes instrumentales cada vez transportan más
lejos y la guitarra da un toque groovy que
combina a la perfección un sonido de percusión que parece el cencerro de una
vaca. Quizá soy yo el que está como vaca sin cencerro, pero “Per què no deixaràs de tenir por?” de Quart Primera, me parece lo mejor que
he escuchado en mi vida de 38 años de relación con la cultura POP catalana, sea
en forma de PANICC, IVAIVACat o ERCCat. ¡Hasta tiene su paradita y todo nen! -
como diría una buena “choni de Kastefa”.
Como en Rac105 son tan sobrios y
elegantes que no presentan los temas, tuve que remover Roma con Santiago para
dar con el grupo en Google. Y me costó porque, al estar desentrenado en
escuchar catalán cantado, reconozco no entender muy bien lo que cantaba Pere
Jou y no acertaba a introducir en el buscador la porción correcta de la letra
que me ayudase a dar con la canción. Hasta tarareaba la canción a la peña para
ver si me podían ayudar, pero mis amigos tampoco son mucho de POP CATALÀ.
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El meu primer disc de POP CATALÀ! |
Hace poco decidí que volvería a
comprar los Cd’s originales de mis grupos favoritos. Han caído dos de Pet Shop
Boys y uno de Madonna de momento, como no podía ser menos. Ayer, compré el
álbum Pel·lícules de Quart Primera. Me he regalado un packaging cuidado y generoso, de esos que hacen que dé gusto
haberse gastado los diecisiete euros. Pero, sobre todo, me he encontrado con un
disco redondo de verdad, auténtico, desgarrado y contenido a la vez, lo que
nunca pude esperar del POP CATALÀ: simple autenticidad narrada en primera
persona, los sentimientos de un autor que se desnuda ante el oyente y a la vez
que se desnuda viste su voz de la música más exquisita: ese punto en el que se
tocan lo acústico, lo electrónico y lo rock, con buenos estribillos de POP. Y
en català. Gracias a Quart Primera, este gaditano catalanizado a fuego lento
desde pequeño ha conseguido incluir en su “cedeteca” y en su corazón algo que
realmente le faltaba para conectar aún más con este país complejo y rico que ha
decidido hacer suyo: música popular en catalán.
Desde las PANICC a los ERCCat,
desde Cádiz a Barcelona, desde los Pet Shop Boys a Blaumut y desde Madonna a Quart
Primera, ahora también el POP CATALÀ forma parte de mí. Y me encanta que, por
fin, así sea. Nos vemos el día 22 de noviembre en la presentación de
Pel·lícules en el Liceu de Barcelona. Mi primer concierto de música en catalán
lo tengo que hacer por la puerta grande, ¡que algo de andaluz y torero siempre
me queda! Felicidades, Quart Primera.
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Espero que us hagi agradat i gràcies per llegir-ho si heu arribat fins aquí!
si vols lleguir més de la meva opinió sobre què és ARA la CULTURA CATALANA, click
(escrit en català per aquest gadità :-)
Es curioso, porque llevo tiempo pensando que la cultura pop (música, cine...) es un reflejo del grado de normalización que tiene un idioma (y no sólo un idioma, sino cualquier modo de expresión). Catalunya está siendo el ejemplo perfecto, y es que hasta hace poco no había pop desenfadado y sin pretensiones. Comercial, básicamente.
ResponderEliminarLlevo bastante tiempo enamorado del idioma de Catalunya (que, por cierto, a mí sí me parece muy musical!), y siempre había echado en falta que alguien hiciera pop petardo, superficial, en catalán. Me gusta ese estilo de música, pero si quería oír algo en catalán tenía que irme al rock catalán o a algún estilo poco popular. Todos los artistas pop catalanes cantaban en castellano. Así que me he sentido muy identificado cuando has dicho lo de "Foc" de Roser... celebré mucho que sacara dos canciones de ese disco en catalán. Del mismo modo, también me aficioné a escuchar lo poco que sacaron en catalán los de La puerta de los sueños (yo no los veo tan parecidos a LOVG, jajaja).
Y por eso mismo me ha dado mucha alegría que salgan grupos como Manel o Blaumut (cuyo disco me he oído mil veces, aunque al principio me parecieron un poquillo pretenciosos, eh! ;P ), o que Beth saque discos como "Segueix-me el fil" (es muy country, pero tiene algunas canciones que merecen la pena). Significa que algo está cambiando y que la sociedad catalana está normalizando su idioma propio. A ver si con el cine también mejora la cosa.
Con respecto a esto, una prueba más es que en el País Valenciano ningún artista pop canta en valenciano. Lo poco que se canta en valenciano es, principalmente, ska y reggae. Me he acabado aficionando a esos estilos por falta de otros, jajaja. Ahora, en el Arenal Sound de Borriana, los Manel lo petaron. La sociedad valenciana es así de dual.
(Por cierto, ya que también eres andaluz, ¿te has fijado que todos los artistas pop andaluces cantan en "perfecto castellano"? ;))
Te agradezco que me hayas descubierto a los Quart Primera, la canción que mencionas me ha gustado mucho, así que voy a buscar alguna más ;)
Un abrazo.