FELIZ 2013, CATALUÑA (Igarturrubina en vena)

Al final he claudicado y las he visto en la Primera y escribo la
siguiente reflexión festivo-independentista para resarcir a mi parte catalana
herida ante tal traición…
He vuelto hace poco de pasar los días de Navidad en Málaga y
Cádiz con la familia y amigos y hasta me ha dado tiempo de ir a Sevilla un día
a visitar a una amiga muy querida. Total, que he regresado con las pilas
cargadas y me he autocontagiado de “andalusitis”. El día que pasé en Sevilla
fue espectacular, un estallido de luz, vida y tapeo en la calle. Estas calles
que son en sí mismas un escenario teatral fabuloso. I la gente, los sevillanos
que se visten con primor y con clase aunque nada más sea para bajar a una plaza
a tomarse una cerveza con los amigos. “Señorío”, como dicen ellos. Qué goce, de
verdad, qué ambientazo.

Pese a esta enfermedad crónica de la que no me curaré (para
otras –itis hay solución, para la “andalusitis”, no), quise reconectar con
el sentimiento independentista que ha nacido en mí el ya pasado 2012 mirando
las campanadas en TV3. Me parecía una manera perfecta de cerrar este círculo
mío con Cataluña ahora que hace diez años que llegué aquí tras mi época de
estudiante en Madrid. Me independizaría pues de Anne Igartuburu, rompería con
el centralismo de Madrid mientras sentía repicar las campanas desde otro lugar
¡de Cataluña!

Cambié de canal.
TVE1, por supuesto, no había tiempo para hacer zapping.
Quería lo más seguro, instintivamente necesitaba Igarturrubina en vena. De
hecho, enganché el momento en el que baja la bola dorada:
“clin-clin-clin-clin”. ¡Cielos! Enseguida sentí lo que echaba de menos: esta
bola dorada, tan brillante y glamourosa (recuerdos de cuando encontraba algo de
mágico al cambio de año), el tintineo al bajar… Supongo que se trataba de una
cuestión de familiaridad y pertenencia que rápidamente recuperé conectando con la Puerta del Sol y no con
Ripoll.
Pertenencias: el paseo por el centro de Sevilla contrapuesto
al ambiente del centro de Barcelona. Lo que llevas en el corazón y la sangre y
lo que has ido digiriendo dentro de ti con no pocos conflictos internos,
debates y razonamientos encontrados. No pudo ser por el momento. Quizá pronto
en Cataluña miraremos TVE1 “de contrabando” como el jamón de Jabugo que pedía
Alicia Sánchez-Camacho en el genial gag del Polònia sobre una Cataluña
independiente en 2016. Entonces ya no me quedaría más remedio que ver las
campanadas en Ripoll o cualquier otro lugar de mi nuevo país, Cataluña. Ojalá.
Feliz 2013, Cataluña. Y contigo, para mí también, para todos
los que somos nosotros mismos aquí, sin importar nuestra pertenencia primera
porque contigo hemos podido desarrollar una nueva: tapas en Sevilla, campanadas
en Ripoll, TVE1, Anne Igartuburu, TV3, cava, uvas, Puerta del Sol, guiris,
Cádiz, Málaga, el tió, el Polònia, in, inde, independencia!
Todo ello forma parte de un nuevo catalán andaluz e
independentista hecho a fuego lento al calor de tu abrazo. Aquí he amado, he
sido amado, he sufrido, he disfrutado, he enfermado y me he recuperado, he
aprendido sobre los demás y sobre mí mismo, he trabajado, me han echado y he
vuelto a encontrar trabajo. He querido irme y he regresado. Seguramente habría
vivido muchas de estas cosas allí donde hubiese pasado estos diez años, no deja
de ser el transcurso de la vida. Pero creo que sobre todo he tomando una visión
crítica y externa de un país como España en el que la falta de sentido crítico
y de saber mirar lo que hay fuera se encuentran entre sus principales
carencias.
Me da pena a veces mirarme dentro y ver que has desconectado
por completo de tu parte “española”. Pero puede quizá gracias a todo lo que he
vivido, escuchado, debatido y aprendido aquí me he dado cuenta de que “lo
español” no puede ser en sí mismo si no se hace primero respetando y después
sumando sus diversidades. Y como parece que los que se llaman a sí mismo
españoles con la boca bien llena no están por esa labor, yo no me incluyo en
ese grupo. Ahora veo que soy andaluz y catalán a partes diversas y fluctuantes
pero totalmente compatibles en mi interior. Y en el interior de esta sociedad
tan diversa como mostraron las urnas el 25N.
Feliz, 2013 Cataluña, ¡celebro haber pasado estos diez años
contigo!
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